El boom de la cosmética sólida: cómoda y, sobre todo, sostenible

cosmetica solida

Si eres de los que aún te resistes a usar cosmética sólida no vamos a tardar en convencerte. Yo misma estaba en ese bando -el de los que no les convence pasarse una pastilla por el pelo para lavarlo- cuando unos datos me hicieron cambiar de opinión. Me los dio Gloría Pavía, directora de comunicación de Lush, hace ya un par de años. «En los últimos 14 años, Lush ha vendido 41,3 millones de estas barras. Lo que se traduce en que se hayan dejado de fabricar 124 millones de botellas de plástico. Es decir, ¡3.100 toneladas de este material!». Las cifras son más que significativas, sobre todo, si tenemos en cuenta que se calcula que en 2050 habrá en el mar más plásticos que peces

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Champú sólido de La Chinata

Además, es un método perfecto para ahorrar un bien tan preciado como el agua. De hecho, un champú clásico está compuesto en un 80% por este elemento. Mientras que en una pastilla se concentra el equivalente a tres botellas de 250 ml. Ahorro de agua y de consumo innecesario, está claro. Como decía, datos, todos ellos que me llevaron a pasarme al lado de lo sólido. Pero no fueron los únicos motivos. Si soy totalmente sincera, los champús en barra no terminan de conquistarme. Aunque sus fórmulas son cada vez más sofisticadas y completas, mi pasión por la cosmética sólida se desarrolló a partir de otros productos como geles de ducha, cremas de cuerpo, limpiadores y acondicionadores que también prescinden del agua y del envase.

Por último, no podemos olvidar un motivo esencial que explica el boom de este sector: su comodidad. Por ejemplo, son perfectos para viajar. No tienen que pasar control en el aeropuerto, ocupan poco espacio e, incluso, lo puedes dividir (partiendo la pastilla en varios trocitos). Si aún sigues en tus trece, te traemos siete propuestas muy apetecibles y, por supuesto, muy solidarias que te harán cambiar de opinión.

Las cremas activistas de Lush

Los formatos sólidos y ‘desnudos‘ forman parte del ADN de Lush desde sus inicios. En esta ocasión, hemos elegido una manteca corporal, la Charity Pot Coin. Esta ‘moneda’ solidaria está cargada de ingredientes nutritivos como la manteca de cacao de Sierra Leona, aceite de oliva o manteca de karité, todas de Comercio Justo. El 100% del precio de venta del producto, menos los impuestos gubernamentales, se destina al fondo Charity Pot, que apoya a pequeñas organizaciones y activistas en las áreas de protección de los animales, derechos humanos y medioambiente. Para usarla es recomendable calentarla entre las manos y aplicar en la zona deseada.


El best seller de Klorane, en pastilla

Uno de los compromisos más firme Klorane, es impactar de forma positiva en la sociedad y el medio ambiente. Algo que podemos comprobar todos gracias a su Green Impact Index. Por tanto, no podían dejar de reformular algunos de sus productos más exitosos en formato sólido. Es el caso del champú de mango (9,95 euros), un clásico para los cabellos secos de toda la familia (se puede usar desde los 3 años). Un gesto más ecofriendly, pero igual de eficaz y sensorial que siempre. En esta pastilla se aprovechan las propiedades del hueso del mango, un deshecho de la industria alimentaria, lo que forma parte de una gestión de economía circular. Además, cuando compramos un producto Klorane colaboramos también con las causas que la marca apoya, como los proyectos de inclusión de la Fundación A la par o las interesantes iniciativas de la Klorane Botanical Foundation.


Una fórmula que vuelve a los orígenes de La Chinata

El olivo es inseparable de la historia de La Chinata. Su origen se remonta a 1932 con la molturación de aceitunas de la Sierra de Gata para extraer aceite de oliva virgen extra (AOVE, esas siglas que a muchos traen de cabeza en las recetas de cocina). De la pasión por este ingrediente nació su gama de productos cosméticos que hace poco sumó a su catálogo un champú sólido vegano (7,90 euros). Enriquecido con aceite de oliva virgen extra y extracto de olivo es una auténtica vuelta a los orígenes de la marca. La Chinata colabora con la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad frente al Cáncer a través de las ventas de su línea para pieles sensibles. También trabajan con la Fundación Placeat, una ONG de Plasencia (Cáceres) a través de sus programas de inclusión laboral de personas con discapacidad.


Clarins, en línea con su compromiso por la belleza responsable

Toda la fórmula del champú sólido nutritivo de Clarins (16 euros) está ecoconcebida para ser respetuosa con el planeta. Por supuesto es cero plástico, sin embalajes ni envases, se presenta envuelta en papel procedente de bosques de gestión sostenible. Su formulación es sin saponificación, lo que evita un proceso con alto consumo energético. Por supuesto, sus ingredientes naturales, siempre cosechados de forma responsable y sostenible, como el karité, la camelia o el argán, consiguen cuidar de nuestro cabello: eliminan las impurezas, polución, partículas de polvo, sebo…, y lo nutren. Un nuevo ejemplo de cómo esta marca mantiene con cada lanzamiento, como su crema de manos solidaria, el firme compromiso de su fundador de mantener una Belleza Responsable.


Plantar un árbol mientras limpias tu piel, la idea de Yves Rocher

Como te decíamos, el mundo de la cosmética sólida ha crecido más allá de los límites del champú. Y los limpiadores para rostro, como este de Yves Rocher (8,95 euros), son un gran ejemplo. Forma parte de su línea Green Heros, y contiene caléndula bio, que limpia y desmaquilla la piel suavemente. Su fórmula respeta el equilibrio natural cutáneo y deja la piel suave y flexible. Pero hay más detalles: el 99% de sus ingredientes son biodegradables por el desagüe y el cartón de su envase procede de residuos de las fábricas. Además, por cada producto que se venda, Yves Rocher plantará un árbol en tu nombre. Esta iniciativa forma parte del programa “Plant for Life” gracias al que la Fundación Yves Rocher ya ha plantado cerca de 104 millones de árboles.


Ayudar al medioambiente con BeauTerra

La fórmula de los champús sólidos de BeauTerra está compuesta por el 94% de ingredientes naturales. Además, al no contener agua, no necesita conservantes. Este, específico para cabellos grasos (8,95 euros) contiene arcilla verde que equilibra la producción de sebo y aceite de almendra dulce, que aporta suavidad y evita las puntas abiertas. Desde sus inicios en 2016, la prioridad de esta marca de origen francés que llegó en 2022 a nuestro país ha sido conciliar el rigor dermatológico, el placer y la eficacia de los principios activos naturales contenidos en los aceites vegetales cuidando siempre del medio ambiente. Por eso cuenta con apoya iniciativas como la reforestación de Nepal a través de Eden Project que, además, genera emplea para las mujeres de la zona y facilita el acceso a más recursos.


L’Occitane y su camino hacia la huella cero

Fuentes para rellenar los envases de sus productos; servicio de reciclaje en sus tiendas; replantación de almendros; protección de campos de lavanda… El compromiso de L’Occitane con la protección de la biodiversidad es tal que no podía faltar entre sus productos varios cosméticos sólidos. Tienen cinco champús con aceites esenciales y, también, un acondicionador (12 euros), que es el que te proponemos que pruebes. Combina cinco aceites esenciales -naranja dulce, ylang-ylang, geranio…- con aminoácidos de avena y aceite y cera de girasol. Se convertirá en el aliado perfecto de los cabellos que tienden a romperse porque suaviza, aporta flexibilidad y mejora las puntas abiertas. Además, al comprarlo contribuyes a que esta marca siga apoyando sus proyectos medioambientales así como los de apoyo a las mujeres de Burkina Faso o su colaboración con Unicef para luchar contra la ceguera infantil evitable.